Sus triunfos enaltecen al país y sus obras le dan más brillo a su nombre. Pesa 57 kilos, mide 1.67 metros. Es callado y tímido. Tiene un corazón grande y unas piernas fuertes que le permiten dar pasos de gigante. Si en el territorio nacional lo aclaman, ante el mundo es un ídolo.
Nairo Quintana, ciclista que nació en Tunja, Boyacá, hace 27 años, y que impulsado por el deseo de sacar a su humilde familia adelante y de perseguir sus sueños en una bicicleta, escaló tan alto que hoy es considerado uno de los mejores corredores del orbe. Sus 30 victorias internacionales lo confirman. Entre ellas están el título del Giro de Italia de 2014 y la Vuelta a España de 2016. Sin dejar de mencionar que ha terminado dos veces segundo, 2013 y 2015, y otra tercero, 2016, en el podio del Tour de Francia, la carrera que lo desvela desde que era niño.
Además de querer ser siempre el mejor en su bicicleta, es admirado por su vocación humanitaria. Recientemente y con su buena gestión dotó un aula digital al colegio Alejandro de Humboldt, en Arcabuco, donde el corredor hizo sus estudios. “Quiero que los niños no tengan límites y puedan soñar en grande”, dijo en su momento.
El corredor no se pone obstáculos. Para 2017 se le medirá al reto de hacer Giro y Tour, un claro ejemplo de su valía y condiciones.