Por el aire, por el mar, por los ríos o por la tierra. Más de 262.000 integrantes de las Fuerzas Militares de Colombia, compuestas por el Ejército Nacional, la Armada, la Fuerza Aérea y el personal de talento humano en salud de la institución, han superado toda suerte de obstáculos sobre el camino para brindarles asistencia humanitaria a otros miles o tal vez millones de colombianos que habitan las regiones más apartadas del territorio nacional que la han requerido para superar la pandemia.
El mayor general Hugo Alejandro López, director de la unidad de Sanidad Militar de las Fuerzas Militares, quisiera que EL COLOMBIANO Ejemplar le hubiera entregado no una sino 262.000 estatuillas y él mismo repartirlas entre sus hombres y reconocerles el esfuerzo que han hecho tanto para mantener su capacidad operativa en el control territorial y preservando la integridad de la población, como por el cuidado de su propia salud, pues ellos también han sido afectados por la propagación del virus.
No fue fácil. La pandemia golpeó duro a la institución. Entre marzo de 2020 y octubre de 2021 fueron más de 34 mil casos de contagio y el lamentable deceso de ochenta militares activos. Un obstáculo más que sin embargo no los hizo bajar los brazos y mantuvieron siempre el objetivo presente.
El trabajo comenzó tan pronto se activó la emergencia sanitaria, resalta el mayor general López. La institución, obedeciendo las órdenes provenientes del Gobierno nacional mediante el Plan San Roque, comenzó a coordinarse con diferentes entidades, comenzando con los ministerios de Defensa y de Salud, y las secretarías de salud de alcaldías y gobernaciones que más requerían de su asistencia.
No se debe olvidar que la institución debía seguir con su rol de combatir estructuras criminales y atender las coyunturas de orden público en las fronteras, en especial por los cierres prolongados durante la pandemia y el tema de la inmigración, que de algún modo estaba correlacionado con los contagios y posteriormente el acceso a las vacunas.
“Nadie estaba preparado para esto y nos tocó aprender bajo un direccionamiento estratégico muy importante en cada una de las regiones para poder organizar los dispositivos y distribuir el apoyo logístico sin desproteger la seguridad en las fronteras”, destacó el director de la unidad de Sanidad Militar.
Las Fuerzas Militares aseguraron primero que sus hombres tuvieran las condiciones óptimas de integridad y salud para cumplir con su deber y así se pusieron a disposición de las necesidades de los colombianos con un objetivo definido: salvar vidas.
Dentro de los aportes que ha brindado la institución al país en esta coyuntura ha sido el de contar con el Laboratorio de Referencia del Ejército Nacional que ha permitido realizar el procesamiento de pruebas de covid-19 a los integrantes de las Fuerzas Militares en todas las regiones de Colombia, y aunque su uso es exclusivo de sus miembros, en algunos momentos secretarías de salud han solicitado su asistencia y este les ha sido brindado.
APOYO PARA VACUNACION
Una vez las vacunas estuvieron disponibles en el país, las Fuerzas Militares se convirtieron en un aliado fundamental para la segunda fase del Plan San Roque, con el fin de poner a disposición de las autoridades su capacidad operativa y de seguridad y permitir que los biológicos lleguen a las regiones que más dificultades presentan en la logística y el acceso.
La gestión de las Fuerzas Militares ha sido clave para ayudar a que por aire, mar, tierra o ríos las vacunas lleguen a su destino, garantizando su seguridad en todo el recorrido. En municipios de departamentos como Amazonas, Putumayo, Nariño y otros más, la logística fue bastante compleja, había lugares a los que solo se podía llegar en avión y una vez en ellos debían moverlas por vías terrestres o fluviales porque no había carreteras.
Eso no impidió que estas llegaran en las condiciones que requería la población para avanzar en el Plan Nacional de Vacunación y las Fuerzas Armadas se han encargado de que ese se cumpla.

Como dato importante en este proceso, los más de 262.000 militares activos y sus núcleos familiares, al igual que aquellos que están retirados, fueron vacunados para sumar al objetivo nacional de ampliar la base de protegidos. En total fueron más de 650.000 personas beneficiadas, que representan cerca del 80 % de la población objetivo impactada con este refuerzo.
“Esta ha sido una gran operación humanitaria donde hemos articulado todas las capacidades del Estado y de las Fuerzas Militares en beneficio de la comunidad y obviamente de nuestros miembros. Tenemos clara esa misión que nos lleva a proteger la vida de los colombianos. Siempre tuvimos claro que debíamos seguir trabajando en nuestra función principal pero apoyando a la autoridad civil”, comenta el mayor general López