Esta institución resultó elegida como la ganadora de la categoría Cultura-Institución en la edición 1999 de EL COLOMBIANO Ejemplar.
Haber ganado en 1999 el premio a EL COLOMBIANO Ejemplar en la categoría Cultura-Institución fue un impulso fundamental en la transformación de la Biblioteca Piloto del Caribe, una entidad que en aquel año apenas completaba un lustro de estar en servicio, y que en 2020 fue designada como la mejor biblioteca pública del país por el Ministerio de Cultura.
Cielo Támara, directora de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta -que administra la biblioteca- y quien estuvo presente en la entrega de este reconocimiento en Medellín, recuerda que este premio llegó en un contexto de plena consolidación y crecimiento. “Solo teníamos un servicio de consulta bibliográfica, una sala de internet pequeña y una hemeroteca, ya que venía de funcionar como el Centro de Documentación de la Cámara de Comercio de la ciudad”, acota.
En esa época contaban con 12.000 títulos que eran consultados por unos doscientos usuarios diarios, hoy son 40.000. Veintidós años han transcurrido desde aquel momento que visibilizó a nivel nacional las actividades en la que aún era una pequeña biblioteca, instalada en un edificio patrimonial de la ciudad, como lo es la Antigua Aduana, y que transformó culturalmente a una ciudad ávida de espacios de este tipo.

Para Anabel Posada (39 años), una de las usuarias más asiduas de la biblioteca, esta ha marcado su vida en distintos momentos. En los anaqueles, entre los libros, ella encuentra un refugio cuando busca paz y tranquilidad, un escape del agite de sus ocupaciones literarias. Es su punto de encuentro con amistades, su escape y la entretención ante el estrés y el agobio al visitar las exposiciones y disfrutar de su agenda cultural.
“En una ciudad donde hay tan pocas bibliotecas públicas, este es un lugar fundamental para la dinámica cultural, no solo como espacio para los libros, sino de interacción social. La Piloto es un referente”, señala Posada.
Además, su presencia ha incidido en un cambio en los usos del espacio público en una zona donde la actividad cultural es intensa, en el barrio Barlovento, de frente a la Vía Cuarenta, al norte de la ciudad, y cerca a instituciones como el Museo de Arte Moderno y el Museo del Caribe. Eso, dice la usuaria, la hace un sitio obligado de visita en plan turista.
Cielo Támara afirma que el premio de EL COLOMBIANO Ejemplar fue un compromiso adquirido con la ciudad, y con sus ciudadanos, de que no podían quedarse con lo que eran y debían adaptarse a las necesidades que el crecimiento urbanístico les demandaba.

A los pocos años le dieron vida a la biblioteca infantil, una asignatura pendiente que tenían. Luego, conectaron con el mundo digital, lo cual abrió el espectro a otros formatos, modernizando sus espacios y ampliando su alcance con programas como las lecturas en los parques o la Biblioteca viajera, que recorre los barrios de Barranquilla e incluso las ciudades principales del Caribe colombiano, llevando la cultura a más personas, en especial en zonas con población vulnerable en un trabajo que articulan con las secretarías de Educación, entendiendo sus necesidades e intereses y ajustando su oferta para cumplir con esas expectativas.
Cielo celebra que la biblioteca en la actualidad cumpla con un papel social clave en la región, transformando vidas y realidades a través de su gestión en los 27 años que completan en funcionamiento..
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