Mónica Uribe nació con una grave enfermedad llamada espina bífida, que le causó limitaciones físicas, de movilidad y locomoción. No obstante, estudió Educación Especial y Psicología, para ayudar a las personas que sufren su mismo mal.
Para ello creó la fundación Mónica Uribe por Amor, que se dedica a atender niños con espina bífida y a educar a sus familias, buscando brindar una mejor calidad de vida. Mónica falleció, pero la Fundación continúa con su legado.