• Beatriz Londoño lidera, desde hace 25 años, la Corporación Pro Marginados.
Desde hace 25 años, una señora de figura menuda, cara bondadosa y caminar ágil, se ve en en Santo Domingo Savio, comuna Nororiental. Ella se desplaza sin ningún problema por las laderas, entre los ranchos, para escuchar las necesidades de sus habitantes. Para todos tiene una respuesta que acompaña con una sonrisa.
Ella, Beatriz Londoño de Arango, lidera la Corporación Pro Marginados, que ha mejorado la calidad de vida de cientos de personas que antes vivían en la pobreza absoluta. El trabajo de la corporación se extiende a la comunidad de la Urbanización Nuestra Señora del Rocío y sitios aledaños como La Avanzada, Carpinelo, Santo Domingo y el asentamiento subnormal de El Trébol.
“Cuando llegamos no había casi nada. Ahora está el Jardín Infantil, que construyó Fenalco Solidario, gracias a una alianza estratégica con Pro Marginados; el centro educativo, el comedor, la capilla, el salón múltiple”, afirma María Elena Sánchez, quien lleva 11 años en el sector.
Aquí, dice, conseguí mi casita con doña Beatriz. “Fue una bendición muy grande. Como dice el dicho: tener casa no es riqueza pero no tenerla sí es mucha pobreza. Doña Beatriz es muy humanitaria, tiene todo lo bueno que puede tener una persona”, señala María Elena. Agrega que está dichosa por el premio que le otorgaron a Beatriz. “A ella le debemos todo: educación, recreación, salud y vivienda. ¡Imagínese! dice.
Balance positivo
Beatriz, quien estuvo casada con el médico Oriol Arango, fallecido, tiene dos hijas, siete nietos y dos bisnietos. Para ella, el deseo de trabajar por los demás es herencia de sus padres Jesús Londoño y María Escobar. “Es una fibrita que viene de los antepasados, lo primero que aprendí fue ver a mis padres cómo se preocupaban por los más necesitados. Creo que lo importante es darles amor, una sonrisa, una voz de aliento”, dice.
Hoy, el balance de la Corporación Pro Marginados es muy positivo, gracias a la ayuda del voluntariado (profesionales de distintas áreas) y de empresas y benefactores. Ha construido 48 viviendas de interés social, edificadas en dos etapas. Inició la educación formal con dos niveles de primaria. Brinda apoyo a los estudiantes de primaria y secundaria con el pago de matrículas gracias al Plan Padrinos.
Además capacita a 90 personas entre jóvenes y adultos en bordado, artesanías y alfabetización de adultos y da alimentación diaria a 200 niños y a 20 ancianas.
Entre los proyectos está iniciar en 15 días la construcción de 16 viviendas, para familias que viven en condiciones infrahumanas. Beatriz se puso feliz cuando le dijeron que había ganado el Premio EL COLOMBIANO Ejemplar. “Me emocioné mucho y estoy dichosa porque el premio es también para la corporación, que así se conocerá más”.