Habiendo sido uno de los niños rescatados de las alcantarillas, ha llegado a la universidad y tomado activamente el apostolado de la solidaridad con los niños que hoy trabajan en las alcantarillas y el dolor, como él lo fue, haciendo también una labor de divulgación internacional para buscar ayudas a esta obra en Bogotá.
En esta categoría se destacaron igualmente la labor de monseñor Flavio Calle, obispo de Sonsón-Rionegro y en él la de la Iglesia Católica, así como la de Marta Beatriz Cruz Murillo.