Este municipio ganó EL COLOMBIANO Ejemplar en la categoría Turismo-Institución en 2009.
“El pueblito más bonito de Colombia” le dice su secretario de Cultura y Turismo, Reinaldo Pérez, y así ha sido definido en diversos escenarios por su arquitectura colonial que permanece intacta, tal cual lo imaginaron y delinearon sus fundadores hace ya cerca de cinco siglos. Claramente es una opinión subjetiva pero con la cual muchas personas estarán de acuerdo: Barichara ha sido, es y seguirá siendo una población con una gran cantidad de atractivos que hacen que la visita valga la pena.
Desde 2009, cuando ganó el premio EL COLOMBIANO Ejemplar, hasta la fecha, este Municipio ha fortalecido y consolidado una vocación turística. Hoy, señala el secretario Pérez, los visitantes pueden escoger entre cerca de 27 experiencias culturales para todos los gustos y unos 220 alojamientos debidamente registrados que son fuente de empleo e ingresos para sus poco más de ocho mil habitantes.
“Barichara ha ido encontrando su esencia y su identidad, porque más allá de ser ese pueblito bonito, debe tener algo qué mostrar, que permita que la gente se conecte con las raíces de la población”, expresa el funcionario.
¿Qué hay para hacer?
En 2009 las experiencias culturales aún eran muy incipientes, relata Pérez. Hoy el panorama es otro, y los turistas tienen mucho por escoger.
Algunas de ellas son hacer mochilas en Guane, un corregimiento a nueve kilómetros del centro de Barichara, allí sus habitantes se las enseñan a fabricar mientras les narran las historias del origen del producto.
Hay experiencias gastronómicas como la tradicional hormiga culona, en las que el turista cocina su propio plato con diferentes recetas; o si lo prefiere puede optar por el tallaje en piedra, ya sea escultórico o el que está presente en todas las calles de la población, o aprender a hacer tejas de barro, marcadas con su nombre para llevar a casa.
“Barichara se caracteriza por la construcción sostenible, en la tapia pisada y la pintura en tierra. Otra experiencia es pintar su propio cuadro, con diferentes colores, y la fabricación de tapiales, entonces el turista recibe un kit para instalar los muros en cajones de madera y con las cuerdas fijar la tapia con los amarres”, comenta Pérez.
Más oferta, más servicios
El crecimiento de la oferta turística se acompaña de una mayor disponibilidad de servicios que complementan las experiencias.
Hace una década la cantidad de alojamientos disponibles no superaba los sesenta o setenta establecimientos, hoy esa cifra se ha casi triplicado, entre hoteles y hostales, con un rango de precios entre treinta mil y ochenta mil pesos en promedio por noche.
Uno de los atractivos es que todos los establecimientos están cubiertos por el Plan Especial de Manejo del Patrimonio, del Ministerio de Cultura, que protege y conserva las construcciones patrimoniales, tanto en la zona urbana como rural, incluyendo el Centro Histórico.
“Cada vez más la gente ha entendido la necesidad de conservar el municipio tal cual lo encontramos hace muchos años”, señala Pérez.
El atractivo de Barichara ha hecho que en un puente festivo lo visiten más de doce mil personas, y entre semana el promedio sea de unas tres mil a cuatro mil.
Debido a la pandemia, el flujo de visitantes internacionales ha mermado pero en cambio ha crecido el interés a nivel nacional de ciudades como Bogotá, Medellín y Bucaramanga.
En la actualidad, la Administración Municipal está trabajando en la construcción de una marca territorio para posicionar a Barichara como destino turístico a nivel nacional, y que los colombianos conozcan la oferta de experiencias que pueden vivir en su población.
¿No lo conoce aún? Que sea un motivo en sus próximas vacaciones.
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